miércoles, 16 de noviembre de 2016

Pongamos que vas por la calle y alguien intenta agredirte. ¿Qué haces? Es obvio, defenderte en la medida de lo posible. Pero observa esto por favor. Mientras te defiendes no piensas, o mejor dicho, no utilizas el lado "ego" del pensamiento. Es el Ser que eres dando salida, con las atribuciones que trae, a una de las leyes naturales supremas: la subsistencia. Entonces utilizas la fuerza, y la inteligencia, y por supuesto todo ocurre en el presente. Ahora bien, ¿puedes decir que en ese momento tengas pensamientos del tipo....: ¡te odio!, ¡no me merezco esto!, ¡esto no se me hace!, ¡soy un desgraciado!, ¡qué mala suerte tengo!? Rotundamente No. El ego ha desaparecido. La Vida lo ha desterrado.

Ahora bien, pasada la situación a resolver* entonces si: ¡ay, si es que todo me pasa a mí!, ¡soy un inútil (no he podido evitar que me quite la cartera)!, ¡desde pequeño soy débil!, o.......¡si hubiera visto Lucía como me he defendido!, ¡si es que soy invencible!, ¡valiente tonto el tío!.

Seguro que tienes alguna experiencia  en la que puedes corroborar esto y puedes ver la diferencia. Las situaciones a resolver son Vitales, y no hay ningún problema ni sufrimiento mental. Los problemas son del ego, de la mente, de tus condicionamientos. En presente no hay problemas, porque no hay mente egótica.

El presente es una de las puertas al reposo, aunque el cuerpo pueda estar en movimiento.*

*Expresión, idea y frase acuñada por el autor.



                                                                                               (5/9/15)
                                                                                          Diego Ruiz Curiel

                                                                                         

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